Había mucha expectativa por la nueva entrega de The Crown, y es que el arribo a esta gran serie de Margaret Thatcher (Gillian Anderson) y Diana Spencer (Emma Corrin) lo ameritaba. Si en anteriores episodios habíamos logrado sentir cierta simpatía (y comprensión) por la Reina Isabel II y su hijo Carlos, ahora… bueno, cada espectador sacará sus conclusiones.
Uno de los motivos del éxito de esta ficcionalización de la vida en la Casa Real británica en torno a la longeva soberana es su cercanía con la realidad. Algo que no cae nada bien en los Windsor ya que desnuda sus pecados y errores con jugosos detalles.
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En esta entrega la historia nos sitúa hacia finales de 1970. La reina (Olivia Colman) y su familia se empiezan a preocupar por la línea de sucesión. El príncipe Carlos (Josh O’Connor) no muestra interés por ninguna mujer más que Camila Parker, convenientemente quitada del camino por los mandaderos de Buckingham. Pero aunque ya es una mujer casada, la duquesa y el heredero siguen en contacto casi a diario, lo que desespera al palacio ya que el hombre tiene 30 años y es fundamental encontrarle esposa.
Lady Di irrumpe en The Crown y ya nada será igual
Mientras el Príncipe de Gales intenta alejarse de las intrigas reales y las “audiciones” de candidatas que realiza su familia, una tragedia sacude a los Windsor, relacionada con la eterna guerra del reino británico y el IRA, Ejército Republicano Irlandés.
Pero los planes palaciegos no se detienen por ningún evento, por más triste que éste sea. Vemos cómo Charles conoce a una adolescente Diana Spencer, hermana de Sarah, entonces amiga del príncipe. La niña se encandila con él, pero deberá esperar unos años para conquistarlo. Tímida, respetuosa y romántica, la hija del Conde Spencer tenía apenas 18 años cuando hace su entrada a la realeza. Si bien es aceptada inmediatamente por toda la familia, ser parte de este nuevo mundo es un camino difícil y exigente.
La princesa que no fue feliz
Un hombre al que casi no conoce será su marido, cambiando su estatus social y sus obligaciones para siempre. Vemos el sufrimiento de la futura princesa, que pronto toma consciencia de que el suyo será “un matrimonio de tres” como la verdadera Diana confesara en una famosa entrevista.
A tal punto llegará la humillación de la joven enamorada que, a poco de anunciarse su compromiso -una escena representada al detalle en la serie- la mismísima Camila Parker Bowles la cita para, en calidad de «amiga», darle consejos sobre su relación con el heredero británico.
La ficción no esquiva los desórdenes alimenticios que la sufrida Lady Di padeció, víctima de las presiones, el desamparo, la soledad y el sometimiento de su nuevo rol en el reino.
También, establece un nexo entre el efecto marketinero de esta boda, vista en vivo por millones de personas, como cortina de humo a la crisis económica y política de Gran Bretaña en esos años.
Margaret Thatcher, un personaje exquisito en The Crown
Y así llegamos a otro de los platos fuertes de esta temporada. En una gran composición, Gillian Anderson recrea a La Dama de Hierro, todo un símbolo del cambio que el Reino Unido necesitaba.
El vínculo con Su Majestad comienza siendo cortés, esperanzado en que dos mujeres dirigiendo los destinos del imperio podían marcar una diferencia.
Pero, mientras Thatcher encara una profunda limpieza en el seno del Partido Conservador, alejando a los dinosaurios que hace tiempo no piensan en el pueblo -y con esto, ganándose muchos enemigos- su contrafigura se le aparece divorciada de la realidad.
A pesar de los esfuerzos de la Primera Ministra por establecer un vínculo cortés y productivo con Buckingham, enseguida siente rechazo por el estilo de vida real, a sus ojos despreocupado y snob.
La grieta entre las dos mujeres fuertes de Gran Bretaña
Mujer de origen en la clase trabajadora, Thatcher empieza a distanciarse del palacio y las cosas empeoran cuando decide ir a la guerra con Argentina por las Islas Malvinas.
Mientras el romance de Carlos con la joven lady Di ofrece el cuento de hadas perfecto para mantener unido al pueblo británico, puertas adentro la familia real está cada vez más dividida.
Y, si bien los fans de The Crown seguramente ya lo sabían, vale recordar aquí que veremos en esta temporada a Claire Foy, quien encarnó a la reina en las dos primeras partes, en un flashback. Se trata del discurso radiofónico que dio Isabel II (cuando todavía era princesa) en Sudáfrica, en 1947, para celebrar su cumpleaños número 21.
Con guion de Peter Morgan, la temporada 4 de “The Crown” cuenta también con Helena Bonham Carter como la princesa Margarita; Tobias Menzies como el duque de Edimburgo; Erin Doherty como la princesa Ana; Emerald Fennell como Camilla Parker Bowles y Marion Bailey como la reina madre.
Y, como inesperada coprotagonista, una rata a la que se ve paseando por uno de los salones del palacio. Su aparición generó revuelo entre los fans y, si aún no la has pillado, checa bien el inicio del tercer episodio.
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